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Happy Friday everyone!  I can’t believe we are already at the end of the week and that there are only SIX days left until Christmas. For many of us this means having to hurry up to get our shopping done, finish wrapping everything we bought and place it all under the Christmas tree.  Sounds kind of stressful to me, doesn’t it?  I am sure we all know the true meaning and joy of Christmas and it is certainly not to fill our sacred bodies with unnecessary stress and worry.  However, it is the perfect time of the year for all of us to practice generosity and the gift of giving.

 Giving to others is a great act to practice and a way to show how much we care.  Giving is a virtue and should not be taken as an obligation.  It is an opportunity for us to love somebody else.  It should come from the heart and be a way to show our appreciation for others.  Its value shouldn’t be measured by its price tag or the money we spend.  Actually, the most giving human beings I have met in my life don’t necessarily give expensive gifts.  Their gifts are priceless and sometimes invisible to the human eye; they give their experience, their talents and most importantly, they give themselves.

Giving is an act of love and as we all know, love has many languages and even though I personally enjoy getting bags, shoes or anything cute I can wear (hint, hint, Dave!) sometimes what we need the most has nothing to do with a purse, a pair of boots or anything close to that .  I am not saying that now we all have to go home and return all the gifts we bought.  What I want to convey is the true meaning behind gifting which is to give with purpose and from the bottoms of our hearts; To give with love and because we really want to give and most importantly to open our hearts to listen and understand what it is that the person we are giving wants and really needs.

The best gifts I have personally received in my life are the ones I received during the Christmas Season of 2009 when I had to spend the entire Holiday time in the hospital with my youngest daughter Andrea.   I had people give me beautiful books filled with wonderful words of wisdom; coolers filled with great healthy snacks, baskets filled with toiletry items  and colorful blankets to cheer us up and keep us warm.  I even had a group of friends come to decorate Andrea’s room and put up a small but beautiful Christmas tree.  I will always treasure and be thankful for everything I got but the gifts I will remember the most are the visits and company from my friends and loved ones and the unconditional love and support I received when I needed it the most.

Sometimes, less is more and even though we all love to receive nice gifts and everything we wrote on our Christmas list when it comes to giving, the best gift we can give is the gift of ourselves.  Have a blessed day:-)

Love, Ms. Jeannie.

¡Felíz Viernes a todos!  Ya casi estamos al final de la semana y se me hace difícil creer  que solo quedan SEIS días para la Navidad.  Para mucho de nosotros esto signica el tener que apresurarnos a terminar las compras navideñas,  envolver con papel de regalo lo que ya hemos comprado y colocarlo  todo debajo del arbolito de Navidad.   Me parece un poco estrésico, ¿verdad?  Estoy muy segura de que todos conocemos el verdardero significado de la Navidad y el mismo no tiene que ver nada con llenar nuestros cuerpos sagrados con estrés y preocupaciones innecesarias.  Sin embargo,  esta sí es la época perfecta del año para nosotros practicar el ser generosos y también  el don de obsequiar.

El dar a los demás es un acto muy bueno a practicar y una manera de demostrar cuanto nos importan quienes obsequimos.  El dar es una virtud y no debe convertirse en una obligación.  Es una oportunidad  para demostrar nuestro amor por otra persona.   El acto de dar debe venir del corazón y ser una manera de demostrar cuanto amamos y apreciamos a los demás.  Su valor no debe ser medido en base a lo que cuesta el obsequio ó cuanto dinero  logramos gastar.   De por cierto, los seres humanos mas bondadosos que he conocido en la vida no necesariamente obsequian regalos materiales y costosos.  Lo que obsequian no tiene  precio y la mayoría de las veces no se puede ver con el ojo humano;  ellos brindan sus experiencias y talentos pero mas importante que nada, ellos brindan todo su ser.

El obsequiar es un acto de amor y como ya todos conocemos, el amor tiene diferentes lenguajes y a pesar de que me fascina recibir carteras y zapatos o cualquier otra cosa linda que me pueda yo  poner (¡toma nota Dave! ), muchas veces lo que mas necesitamos no tiene que ver nada con un bolso ó un par de botas o cualquier otra cosa parecida.  No estoy diciendo que ahora tenemos que correr todos a devolver los regalos que ya hemos comprado, lo que quisiera hacerles entender es el verdadero mensaje detrás del acto de obsequiar el cual es dar con verdadero propósito y desde lo mas profundo de nuestro corazón;  dar con amor y porque de verdad queremos dar y mas importante que nada es el abrir nuestros corazones para lograr entender lo que la persona a quién le queremos obsequiar quiere y verdaderamente necesita.

Los mejores regalos que personalmente he recibido en mi vida son los que me fueron brindados durante la época Navideña del 2009 cuando túve que pasar toda la temporada de Navidad, incluyendo los días festivos, en el hospital de niños de Orlando  cuidando de mi hijita, Andrea.   Muchos seres queridos me regalaron libros hermosos llenos de muchos mensajes de fé y esperanza; otros me regalaron neveritas desechables llenas de bocadillos sanos y muy ricos, canastas llenas de artículos de cuidado personal  y jueguitos para entretenerme y mantas hechas a mano y con estampados muy alegres para cubrirnos del frio y también elevarnos los ánimos.  También hubo un grupo de amigas muy queridas que nos llenaron el cuarto de decoraciones festivas incluyendo un pequeño arbolito de Navidad.  Nunca olvidaré todos los regalos que Andrea y yo recibimos  pero los regalos que siempre llevaré en mi corazón son las notas de aliento que recibía por correo electrónico, las visitas  y compañia de mis amigos y seres queidos  y el apoyo y amor incondicional que me brindaron todos cuando más lo necesité.

A veces menos es mucho más y a pesar de que a todos nos gusta recibir buenos regalos y todo lo que pedimos para Navidad cuando se trata de obsequiar, el mejor regalo que podemos brindar es nosotros mismos.  Que pasen todos un hermoso día:-) 

Cariñosamente, Ms. Jeannie.